sábado, 28 de enero de 2012

VOLVEMOS, PARA DECIR NO



Un viento frío y helado recorre los corazones de los pobres y desesperados de este mundo, un viento movido por el rugido de EL MERCADO, de los cuatro ricos, que nos recuerdan que lo que creímos, que lo que construimos, que lo que soñábamos era erróneo: TODOS LOS HOMBRES NO SOMOS IGUALES. La diferencia entre nosotros y ellos es tan obvia que no sufren si padecemos, no tienen hambre si no comemos, no nos sienten como iguales: somos escoria, estamos en el PLANETA ESKORIA.

Sólo sufren por saber que durante casi un siglo, bueno medio siglo, creímos que podíamos parecernos a ellos, que nuestra suerte dependía de nuestro esfuerzo, que nuestra vida nos la ganábamos a pulso con los DERECHOS DEL TRABAJADOR, DE LA MUJER, DEL NIÑO, DE LA DIVERSIDAD. A pulso con la muerte de otros hombres como nosotros, de esos miles que murieron/mataron en la noche del 39 en este país, en la noche de Allende, en la noche de Argentina, de... de tantos otros que murieron a lo largo de los siglos por pensar que todos somos iguales (todos somos hermanos dice la Iglesia de Jesús. No os lo creáis, no se lo creen ni ellos).

Nosotros, profesores, tenemos la obligación de creer en la bondad del ser humano, en la igualdad de todos, en el derecho de todos a vivir y gozar, a vivir y a sufrir (que más que derecho es tradición). Una clase sin pensar que un día viviréis mejor que yo me resultaría imposible. Una clase sin que sospechéis que tenéis derechos, EL DERECHO A LA DIGNIDAD DE SER HOMBRE, sería un fracaso como educador.

Y hoy tengo que decir que me siento fracasado, que me niegan unos derechos DE UN PLUMAZO otros hombres superiores que pueden decidir sobre mi vida sin mi consentimiento, sin explicaciones, porque sí, A LA FUERZA.


Y hoy tengo que decir que si fracaso, fracasamos todos nosotros. Si a mí me arrebatan el día a día de un plumazo, a vosotros os arrebatarán el futuro. Si hoy ganan, sí... si hoy ganan, pensarán que mañana podrán hacer lo mismo con vosotros: robarnos el pan para alimentar sus huchas, sus bolsillos, sus bancos.

Por eso digo no. POR MI DIGNIDAD COMO TRABAJADOR, COMO ENSEÑANZA PARA VOSOTROS, PARA QUE OS SINTÁIS IMPORTANTES, HÉROES DE VUESTRA PROPIA VIDA, que nadie pueda doblegaros.


Por eso digo no a:


-     NO A LAS EDITORIALES Y LIBROS DE TEXTO
-       NO A LOS AUTOBUSES, HOTELES, PARQUES DE ATRACCIONES, CIUDADES DE..
-       NO A CUALQUIER COSA QUE SEA SUSCEPTIBLE DE HACER POR HACER...

porque las hemos hecho durante años y nos desprecian, porque hemos sacado los colegios adelante sin su interés ni sus medios y hemos seguido adelante, porque ahora que nos odian tienen que saber que ellos eran los que realmente estaban en contra, los que quieren teneros en la ignorancia... para poder seguir sintiéndose los amos de estos esclavos, a los que no consideran seres humanos.

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